Composición. Vamos a fabricar fotos
Vamos a seguir profundizando un poco en esa idea de fabricar una foto: un proceso en el que hay una intención, un método… que nos permite tener más control sobre el resultado final.
Composición
La composición fotográfica consiste, de forma muy resumida, en decidir qué elementos aparecen en la foto (en el encuadre) y cómo aparecen esos elementos: su distribución dentro del encuadre y las relaciones que se establecen entre ellos.
Aunque el término composición está más relacionado con lo que sería la distribución de elementos, podríamos decir que cualquier decisión que tomemos a la hora de crear una foto sería parte de la composición, ya que en última instancia se trata de determinar qué vamos a fotografiar y cómo.
Algunas definiciones de composición (artística) hablan de armonía y equilibrio, dando a entender que la armonía y el equilibrio son siempre las metas de cualquier composición.
Yo creo que no es una buena definición, porque no siempre se busca armonía y equilibrio.
Nos vamos a quedar sobre todo con la idea de intencionalidad: el autor decide conscientemente qué elementos aparecen y cómo aparecen (en la medida de lo posible) para transmitir algo, con una intención concreta.
Y no pensemos aquí en mensajes complejos o que toda foto tiene que transmitir una historia.
No se trata de eso.
Se trata de que el fotógrafo elige una determinada composición por un motivo concreto.
Composición en fotografía
La composición forma parte de todas las artes visuales.
La diferencia quizás es que en fotografía partimos de una escena real en la que muchas veces no tenemos control sobre los elementos del entorno: no podemos cambiar un árbol de sitio, o un poste del tendido eléctrico… y normalmente no podemos mover una montaña porque nos moleste en el encuadre…
Somos nosotros los que podemos decidir dónde colocar el punto de vista para obtener una determinada perspectiva.
Nos podemos mover por el entorno para buscar uno de los infinitos encuadres posibles.
Nos podemos acercar, alejar, utilizar un tipo de objetivo u otro…
Otras veces tenemos la posibilidad de colocar los elementos en la escena, por ejemplo en fotografía de producto, retrato, moda…
La composición incluye también la parte de edición y retoque.
En esa fase podemos por ejemplo reforzar el protagonismo de unos elementos y hacer que otros pasen más desapercibidos, jugar con el color, con los niveles de luz, etc.
Composición vs contenido
Cuando hablamos sobre fotos buenas y malas, ya comentamos que es mejor hablar en términos de valor de una foto .
Y que ese ‘valor’ global lo podríamos desglosar en diferente apartados: técnico, contenido, estético, emocional…
Cada foto tiene una combinación de todos esos valores o factores.
Y para cada persona, cuando contempla esa misma foto, el efecto de cada uno de esos factores será diferente y por lo tanto su valoración.
A la hora de fabricar una foto podemos hacer una analogía con la cocina:
- El contenido lo podríamos ver como la materia prima.
- La parte técnica serían las herramientas: sartenes, ollas, horno…
- Dentro de la composición entrarían las especias, las proporciones de cada ingrediente, el proceso y el emplatado final.
¿Qué es lo más importante?
Depende.
Pero en general lo más importante suele ser la materia prima: el contenido, el protagonista de la foto.
Cuando tenemos a un protagonista interesante, malo será que no consigamos alguna foto interesante.
Eso sí, puede ocurrir que tengamos la mejor materia prima y terminemos con un plato sin sabor o mal presentado, por culpa de una composición deficiente.
El contenido no es siempre un elemento reconocible (persona, edificio, objeto, lugar…)
En determinados tipos de fotografía se busca mostrar o potenciar sobre todo la estética.
En esos casos el contenido en sí pasa a un segundo plano, en el sentido de que lo que interesa es más la forma, el color, o la abstracción geométrica.
Esos casos serían como la cocina de autor, en la que se busca generar unas sensaciones, una experiencia diferente.
Componer por intuición
Componer es crear. Es un proceso creativo, artístico.
Cuando hacemos una foto, incluso sin tener ni idea de fotografía, estamos componiendo.
Decidimos al menos cuál es el protagonista de la foto: una persona, un atardecer, un perro, un gatito…
La cuestión es que al hacer la composición de forma intuitiva o al azar, tendremos muchas probabilidades de conseguir fotos que no resultan del todo atractivas o a las que les falta ese ‘algo’, ese condimento.
Y cuando nos sale una foto que nos gusta mucho no sabemos realmente qué hemos hecho para conseguirla.
En la analogía de la cocina sería como cocinar eligiendo los ingredientes y las especias al azar, un poco por intuición. A veces podemos tener una materia prima muy buena, pero no conseguimos ese sabor y esa presentación que nos gustaría.
Intencionalidad
Sería la parte más importante quizás de este capítulo.
La idea de que cuando vayamos a hacer una foto sea con una intención concreta.
¿Por qué voy a hacer esta foto? ¿Qué quiero transmitir o qué quiero plasmar?
Y una vez hemos decidido el qué (o el por qué), vendría el cómo.
¿Cómo puedo potenciar eso que quiero transmitir?
Ya que tengo la materia prima, ¿cómo hago para potenciar su sabor y cómo lo presento a la mesa?
No pienses que es algo filosófico o que haya que hacer una meditación transcendental antes de cada foto.
Normalmente se trata de preguntas muy sencillas:
- Quiero hacer una foto de este gatito, ¿cómo lo haría?…
- … Bueno pues me voy a poner aquí para que no salga la bolsa de basura que hay allí detrás
- … además voy a buscar que la luz llegue desde ese ángulo, que parece que resalta más su cara
- … y voy a bajar la cámara a su nivel para tener ese punto de vista y una perspectiva más interesante…
Eso se puede llevar al nivel que queramos o que podamos.
- Desde la planificación de la foto
- La elección del protagonista
- El mensaje que queremos transmitir (es decir, ¿por qué quiero hacer esta foto? y a quién se la quiero mostrar)
- Las sensaciones y/o emociones que queremos provocar en la persona que contemple esa imagen
- La elección del equipo más adecuado
- La edición que potencie todo eso que buscamos…
- …
Resumen para no perdernos
Tener conocimientos sobre composición nos va a ayudar a mejorar la presentación (emplatado) y el ‘sabor’ de nuestras fotos.
Esto es aplicable a todas nuestras fotos, incluso las que no vamos a publicar.
También nos va a ayudar cuando queremos publicar nuestras fotos.
En ese caso hay que tener en cuenta que la persona que va a ver las fotos no tiene la información ni el contexto que tenemos nosotros como autores de la foto. No estaba en ese lugar, en ese momento, no estaba en nuestra cabeza…
La composición y el lenguaje visual nos dan ciertas pautas o ingredientes que pueden facilitar esa comunicación.
Por ejemplo nos puede ayudar a intentar transmitir sensaciones parecidas a las que teníamos nosotros cuando estábamos en ese lugar.
Si nuestro mensaje es más complejo (por ejemplo una foto de denuncia social, una foto para publicidad, una foto de autor…) el conocimiento del lenguaje visual y la composición nos dan más posibilidades de conseguir transmitir esa información tal como queremos y hacer que llegue (el mensaje) a muchas más personas.
¿Saber composición me convertirá en un gran fotógrafo?
No.
Habría primero que definir qué es exactamente ‘un gran fotógrafo‘.
La fotografía es un proceso creativo. Es arte.
Saber sobre composición te da herramientas para mejorar, para pulir, para evitar ciertos ‘errores’ (entendiendo como errores esos detalles que restan valor en lugar de aportar valor) pero no te va a convertir en un genio de la fotografía.
Dicho de una forma muy burda: ir a una escuela de fútbol te va a hacer mejorar como futbolista, pero no te va a convertir en Messi.
Y por otro lado, la materia prima es muy importante.
Para hacer una buena foto de Manhattan hay que estar allí, en Manhattan. Si no vives allí, implica que tendrás que planificar un viaje: tiempo, dinero, rutas, patear las calles, etc.
Si haces fotografía callejera, tendrás que patear la calle.
Si quieres hacer una foto de denuncia social, de una manifestación, de lo que sea… Tendrás que estar físicamente allí. Para captar ese momento único, que pueden ser segundos o minutos, normalmente es necesario que estés allí muchas horas.
Para hacer ese amanecer tan chulo o esa foto de la Vía Láctea tan espectacular hay que madrugar mucho o ir a pasar frío por la noche a tal sitio especial, hay que planificar…
Como ves, detrás de una foto puede haber muchísimo trabajo, constancia, paciencia, tiempo…
Todo eso no tiene nada que ver con la composición.
Lo que sí tiene que ver es que cuando estés allí, en ese lugar al que te ha costado llegar, tus conocimientos y experiencia en composición te van a dar más opciones para intentar sacar el mejor partido posible desde el punto de vista estético y artístico, o para transmitir ciertas sensaciones, o para no cometer ciertos errores, etc.