Calidad de imagen vs calidad de una foto

Uno de los objetivos del curso es tratar de acabar con la idea de que para conseguir buenas fotos hace falta una buena cámara. En este capítulo veremos qué entendemos por calidad de imagen y por calidad de una foto.

Se suele decir que la parte más importante de la cámara es el cerebro de la persona que está detrás de esa cámara.

Y no puedo estar más de acuerdo.

Siento ser tan cansino, voy a repetir lo mismo mil veces en este curso: la cámara en sí, los objetivos, los accesorios… son simples herramientas.

Tener un equipo mejor y más caro no va a hacer que tus fotos sean mejores.

El equipo te puede imponer ciertos límites y te puede facilitar el trabajo en ciertas situaciones, como cualquier herramienta.

Pero es mucho más importante el conocimiento del fotógrafo y su capacidad técnica y artística.

Para entenderlo bien todo esto es importante que seamos capaces de diferenciar dos conceptos: calidad de una imagen vs calidad de una foto.

Calidad de imagen vs calidad de una foto

Calidad de imagen

La calidad de imagen tiene que ver sobre todo con la fidelidad con la que la cámara puede captar una escena real.

Estaríamos hablando de parámetros como:

Resolución / nitidez

La capacidad de la cámara y el objetivo para captar detalles muy pequeños de la escena.

Fidelidad de color

Que la cámara sea capaz de captar los colores exactos de la escena, tal como los vemos con nuestros propios ojos.

Ausencia de deformaciones

Por ejemplo las distorsiones provocadas por la parte óptica (aberraciones ópticas) que tienen que ver con el comportamiento de la luz y su interacción con las lentes.

Y además hay que tener en cuenta que el hecho de plasmar en dos dimensiones una escena real (perspectiva) implica que la imagen nunca será una representación exacta de la realidad.

Ausencia de artefactos

Se llama artefacto a cualquier elemento que aparece en la imagen pero que no formaba parte de la escena real.

Puede ser por ejemplo el ruido digital (granulado y puntos de colores que no estaban en la escena), efectos ópticos, patrones de aliasing (efecto Moiré)…

Calidad de una foto

La calidad de una foto tiene que ver con el contenido propiamente dicho y las relaciones entre los elementos de ese contenido (formas, colores, etc.)

Aquí entramos en el resbaladizo mundo de los gustos personales, la subjetividad y el arte.

Por eso, hablar de ‘calidad’ de una foto no tiene mucho sentido realmente.

En el capítulo siguiente hablaremos de un concepto más apropiado: el valor de una foto (o de cualquier representación artística)

Pero en este capítulo prefiero quedarme con esa idea de ‘calidad de una foto’ para diferenciarla de los aspectos técnicos relacionados con la calidad de imagen.

Voy a poner un ejemplo muy tonto para llevarlo al extremo:

  • Una foto con muy mala calidad de imagen (por ejemplo con mucho ruido y granulado, desenfocada incluso, con una mala exposición… ) puede ser sin embargo una foto excepcional porque recoge un momento único.
  • Una foto perfecta desde el punto de vista técnico de una pared en blanco es una foto sin ningún valor. La calidad de imagen por sí misma no aporta nada.

Desde mi punto de vista, la clave de lo que entendemos como ‘calidad de una foto’ estaría en las sensaciones o emociones que nos transmite.

Qué ingredientes intervienen:

El momento

Captar un momento especial irrepetible.

De hecho, todos los momentos son irrepetibles, porque el tiempo sólo va en una dirección.

Pero hay momentos especiales que si logramos congelarlos en una imagen pueden tener mucho valor para nosotros o para otras personas.

Y no estoy hablando de momentos históricos o algo grandilocuente.

La mueca graciosa de un bebé. La primera vez que sopló su tarta de cumpleaños. Una foto del abuelo. El viaje inolvidable a tal sitio…

Muchas veces, para captar un momento o una situación se necesita estar allí, en el sitio adecuado y en el instante preciso.

El contenido, el contexto y el mensaje

El contenido aporta a veces casi todo el valor de la foto.

Piensa por ejemplo en alguno de esos paisajes bellísimos de montaña, o de algún lugar exótico, o de algún edificio histórico o el rostro de una persona atractiva (no quiero decir bella en el sentido estético, sino atractiva, que nos atrae por algún motivo)

Si el motivo principal es atractivo ya de por sí, tenemos ya mucho ganado.

A veces la foto puede contar una historia, o plantear al espectador una historia que él mismo se encargará de interpretar y completar a su manera, con su imaginación.

Otras veces la foto puede llevar un mensaje implícito.

Transmitir emociones y sensaciones

El contenido de la imagen y su composición (las relaciones entre los elementos que aparecen, y también la ausencia de determinados elementos) pueden trasmitir emociones.

Es la magia del arte.

Esas emociones y sensaciones no son universales.

Cada espectador, en función de su experiencia vital, su estado de ánimo, el contexto del momento, etc. tendrá una determinada experiencia. Totalmente única y personal.

Nuestro cerebro está entrenado para reconocer emociones a través de las expresiones de la cara y el cuerpo, pero también el lugar, el ambiente, la luz…pueden transmitirnos emociones.

Y el encuadre o la perspectiva nos pueden transmitir también diferentes sensaciones para una misma escena.

La estética

Una foto puede ser atractiva simplemente por su estética: la composición de elementos, las formas, los colores…

Para el cerebro humano resulta más sencillo (energéticamente más eficiente) interpretar imágenes que tienen una cierta simplicidad, o armonía o simetría.

Y el cerebro también intenta encontrar patrones o formas ya aprendidas que simplifiquen su trabajo.

Ese tipo de imágenes nos resultan más placenteras, incluso si el contenido no nos aporta gran cosa.

La luz

La luz es la base de la fotografía, es el ingrediente que está en todos los platos.

Una imagen de una escena puede cambiar radicalmente si la fotografiamos con una iluminación diferente.

En la fotografía la luz transmite emociones y sensaciones, puede determinar el punto de interés de una imagen, es determinante en la parte estética…

La composición

La composición tiene que ver con los elementos que aparecen en la foto (encuadre) y desde qué punto de vista.

Tiene que ver con las relaciones que se establecen entre esos elementos: posiciones relativas, tamaños relativos, colores, texturas…

La composición está muy relacionada con la estética, pero depende mucho del tipo de fotografía y del lenguaje visual.

Por ejemplo en fotografía más orientada al momento (fotoperiodismo, fotografía deportiva…) la composición busca más la información, el mensaje directo.

En fotografía de paisaje, moda, producto… la composición suele buscar más la parte estética, el cuidado del detalle, el atractivo visual.

El color, el ritmo (patrones y repeticiones), el contraste, el protagonista, el punto de vista…

Al final todo eso tiene que ver con la composición: qué elementos aparecen y cómo aparecen. Y por supuesto también lo que no aparece.

El color

El color tiene su propio lenguaje, que incluye aspectos culturales, pero también cuestiones relacionadas con la evolución humana.

Por ejemplo los colores cálidos (rojos, naranjas…) los asociamos de forma natural con el fuego, las hogueras, el sol… algo que nos calentaba cuando estábamos en las cuevas en mitad de una era glacial.

Los tonos azulados representaban el hielo, el frío.

La misma escena se puede percibir de una forma completamente diferente cambiando simplemente la luz que utilicemos para iluminarla.

Geometría, simetría, patrones…

Al cerebro humano le gustan los patrones y las formas geométricas.

Muchas veces una foto no necesita transmitir un mensaje o contar una historia, simplemente su estética o las formas que recoge hacen que sea una foto atractiva.

Contraste, sorpresa, paradoja…

En muchas fotos se busca el contraste entre elementos.

Algo que no debería estar allí en esa escena o que destaca por algún motivo, que es diferente al resto…

O que aparezcan en la misma escena dos elementos totalmente contradictorios.

O contrastes de color entre elementos.

Los contrastes de formas y colores activan los mecanismos de atención del cerebro y hacen que nos fijemos más en determinadas zonas de la imagen.

Y las contradicciones y paradojas generan una sensación de sorpresa (percibir algo que no nos resulta familiar) y posiblemente una sensación posterior de placer cuando resolvemos esa paradoja o la aceptamos como algo curioso.

El protagonista

En algunas fotos el ingrediente principal es el propio protagonista, el contenido.

Puede ser un lugar, una persona, un objeto…

Por el simple hecho de aparecer en el encuadre hace que esa foto tenga ya un valor por sí misma.

El punto de vista

Nosotros, los humanos, percibimos con nuestra vista una versión de la realidad, no la realidad.

Es decir, no ‘vemos’ la realidad. Percibimos una cierta realidad que encaja normalmente con nuestra experiencia cotidiana.

Nuestro cerebro genera una versión de la realidad (tridimensional) basada en imágenes bidimensionales.

Toda la realidad que percibimos es una interpretación.

Cuando vemos el contenido de una imagen, de una foto por ejemplo, nuestro cerebro utiliza exactamente los mismos mecanismos para interpretar la realidad representada en esa imagen.

Por eso, contemplar una foto nos resulta tan natural.

Nuestros ojos tienen sin embargo limitaciones físicas: no pueden hacer zoom, el ángulo de visión es muy estrecho (aunque la visión tiene mecanismos para ‘simular’ un ángulo de visión más amplio mediante el movimiento constante de ojos y de la cabeza si es necesario)

Una cámara nos da la libertad (a través de los objetivos) de generar imágenes, perspectivas, desde puntos de vista y con ángulos de visión totalmente diferentes a los que está acostumbrado el cerebro.

Entender la perspectiva es muy imporante en fotografía y vídeo: saber qué efecto tendrá sobre las imágenes y sobre la interpretación que hará el cerebro de las mismas.

La calidad de imagen no suma

Podríamos continuar con muchos ingredientes que tienen que ver con la parte artística, la parte de percepción visual del cerebro, la parte cultural…

Ingredientes que pueden hacer que una foto la consideremos más atractiva, placentera o que tenga cierto valor (para nosotros y/o para otras personas)

Todos esos ingredientes suman.

Aportan valor a la foto si son adecuados o restan valor si no están bien ejecutados.

La calidad de imagen (nitidez, fidelidad, etc) no suma.

La calidad de imagen sólo resta, y sólo lo hace cuando está por debajo de un cierto umbral que hace que todas esas imperfecciones y artefactos sean muy visibles y molestos.

Una buena foto no necesita ser técnicamente perfecta ni mucho menos.

Vamos a pensar una cosa: las mejores cámaras son las cámaras que tenemos en la actualidad. Si la calidad de imagen fuera importante, las fotos actuales deberían aportar más valor que las fotos de hace 30 años, o 50 años, o 100 años. Y no es así. Ni muchísimo menos.

El cerebro humano tiene una capacidad enorme de abstración y de centrarse en lo importante (el contenido como tal)

A partir de un cierto nivel de calidad de imagen mínimo, los ingredientes que hemos comentado toman el protagonismo y a la persona que ve la foto le da igual si no tiene la mejor resolución, si tiene un poco de granulado, si no tiene la nitidez perfecta…

En fotografía científica y algún tipo de fotografía muy especializada la calidad técnica (esa calidad de imagen pura) sí puede ser un factor importante.

Pero en general, la calidad de imagen es sólo la guinda del pastel.

El contenido y la parte artística es el pastel.